¿Sabes distinguir entre un juego y una pelea de gatos?

Si tienes más de una mascota en casa, puede ser especialmente difícil que los gatos convivan. En particular, puede ser difícil distinguir entre el juego y las peleas de gatos. Intentemos descifrar el comportamiento de nuestros gatos para entender mejor cada situación.

¿Cómo reconocer a los gatos que juegan?

Una pelea de gatos puede ser una forma de ajustar cuentas, además de divertida. Y por una buena razón, los felinos se atacan y se manosean incluso cuando están jugando. Esto puede llevar a la confusión en la interpretación de tales situaciones. Sin embargo, es posible entenderlos observando su postura y comportamiento.

La actitud de los gatos en el juego

Lo más revelador es que los gatos no hacen mucho ruido cuando juegan. En otras palabras, no se gritan unos a otros. La obra es bastante silenciosa. Todo su cuerpo habla por ellos. Las orejas están levantadas hacia delante, el pelo no está erizado y las garras están recogidas. Pueden provocar a su pareja con pequeños saltos, brincar directamente el uno al otro antes de rodar juntos en una bola en el suelo y perseguirse por toda la casa.

Su posición cambia a menudo, pueden estar de pie con la espalda arqueada, luego tumbarse en el suelo moviendo los cuartos traseros, listos para abalanzarse, sólo para acabar en el suelo moviendo las patas en el aire… El que invitó al juego puede encontrarse en el papel contrario. Además, los gatos se distraen fácilmente. Ya sea por su amo o por su entorno. También observamos que se toman descansos. Ya sea para lamerse o para preparar su próxima ofensiva con el fin de reanudar su juego.

La importancia del juego para los gatos

Desde una edad temprana, el juego se convierte en un proceso de aprendizaje para el gatito. Esto se debe al instinto natural de caza. También es necesario para su sociabilidad dentro del hogar. Entre hermanos y hermanas, los gatitos de cuatro semanas de edad suelen luchar para determinar un orden jerárquico entre todos los hermanos.

Más adelante, hacia las ocho semanas de edad, es su naturaleza depredadora la que les impulsa a jugar. Esto puede hacerse solo contra objetos pequeños, o mediante un ataque de un gato mayor en desafío. Sin embargo, si el gato mayor no tiene ganas de jugar, puede impacientarse y darle una dura lección. El adiestramiento para la caza, incluso para los gatos de interior o que no salen mucho, también es importante. En la naturaleza, el felino debe ser capaz de alimentarse por sí mismo, obteniendo sus presas por su propia cuenta.

Sin embargo, el juego, especialmente con objetos, es también una forma de reducir el estrés y el miedo del animal. Es una forma de ganar confianza tanto en el propietario como en sus compañeros de casa felinos o incluso caninos. Para las mascotas confinadas en casa, la diversión es una forma de evitar el aburrimiento. Si no se hacen daño ni se ponen en peligro, puedes dejar que lo hagan sin preocuparse.

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¿Cómo reconocer a los gatos en conflicto?

Una pelea de gatos no siempre es amistosa. Algunas peleas pueden parecer inofensivas al principio, pero acaban siendo violentas.

El comportamiento físico de una pelea de gatos

Las señales de un conflicto son más fáciles de descifrar. Los gatos se miran fijamente y se rodean de forma amenazante, a menudo poniéndose de lado en lugar de enfrentarse directamente. Las orejas están giradas hacia atrás, casi apretadas contra su cabeza. Las pupilas están mucho más dilatadas que durante el juego. El pelo está erizado, parece haber doblado su volumen. La cola sigue siendo un buen indicador del comportamiento de un gato, ya que se mueve rápidamente como si estuviera latiendo.

Las garras están fuera, ya sea en un ataque o en la preparación para la defensa. A diferencia del juego, los gatos son muy ruidosos. Harán fintas, escupirán y aullarán. Intentan impresionar a su oponente antes de pasar a la ofensiva. Concentrados el uno en el otro, nada puede distraerlos, si los llamas para que se separen, es probable que te ignoren. La batalla será animada, rápida y agresiva, y a veces provocará graves mordiscos y arañazos.

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¿Por qué se pelean los gatos?

Los gatos son animales territoriales. El primer felino que llegue a la casa querrá establecer su dominio sobre su zona. La intromisión de extraños, un recién llegado por ejemplo, puede hacerlos agresivos al principio. Tardarán algún tiempo en establecer su lugar en tu casa. Esto también puede provocar mucha ansiedad en el gato, que se considera el dueño de la casa.

Sin embargo, los conflictos pueden surgir por otros motivos. La temporada de apareamiento pone más nerviosos a los rivales en busca de pareja. Un animal que sufre estará especialmente irritado si su compañero de habitación tiende a molestarle. Entre estas razones principales, hay otras: un olor que el gato asocia con un acontecimiento desagradable. Por ejemplo, una visita al veterinario, pero también la búsqueda de jerarquía en el hogar…

Reconocer y entender una pelea de gatos
Reconocer y entender una pelea de gatos

¿Qué hacer ante una pelea de gatos?

La gente tiende a sentirse impotente ante las peleas violentas de gatos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no se recomienda intervenir.

¿Cuándo hay que reaccionar ante una pelea de gatos?

Cuando estés seguro de que no se trata de un juego, analiza bien la situación antes de intervenir. En primer lugar, porque si interfieres en el conflicto, el problema entre ellos no se resolverá y volverán a intentar pelearse. En segundo lugar, puedes ser arañado o mordido. Sin embargo, puedes intentar hacer ruidos fuertes para desviar su atención. A veces funciona y los gatos consiguen separarse.

Sin embargo, la mayoría de las veces te ignorarán. Demasiado centrados en el otro. Puedes intentar crear una barrera. Por ejemplo, con una caja de cartón, pero nunca con la mano. En ese caso, te arriesgas a ser atacado y herido. Así que manténte alerta. Si se calman, intenta alejarlos por un tiempo. Así tendrás tiempo de prepararte para evitar las próximas hostilidades.

Soluciones para limitar la frecuencia de las peleas de gatos

En el caso de un recién llegado, introduce al gato a tu gato establecido por etapas. Mantén una valla cerca para separarlos al menor silbido. Deja que se conozcan. Si las cosas no van bien, encierra temporalmente al nuevo gato en una habitación separada.

Probablemente ha estallado una guerra territorial. Puedes ayudarles a determinar cuál es su lugar. Evita compartir el mismo plato de comida en primer lugar. Cada gato necesita sus propias cosas. Ya sea su zona de croquetas, sus juguetes o su cojín favorito. Considera la posibilidad de recompensar al gato mayor con una golosina cuando interactúe de forma más tolerante y amistosa con su compañero de habitación. Compartir el espacio será más fácil si todo el mundo se pone de acuerdo.

La esterilización también es una buena forma de aligerar los ánimos entre los gatos. La época de cría ya no será motivo de conflicto en cuanto a qué gato domina y compite con el otro. Si tienes un gato herido o enfermo, asegúrate de aislarlo para que no sea molestado por el otro gato. Con paciencia y observación, puedes crear una atmósfera de confianza y paz en tu hogar.