La eutanasia en perros

Todos los propietarios de perros se enfrentan un día a una dolorosa prueba: la muerte de su amigo de 4 patas. Es una prueba dolorosa si tienes que tomar la decisión de poner fin a la vida de tu mascota. Hola Mascotas te cuenta todo lo que necesitas saber sobre la eutanasia en perros.

La eutanasia en perros: razones

Decidir acabar con la vida de tu mascota no suele ser el primer instinto del dueño de un perro. Sin embargo, determinadas situaciones pueden obligarte a recurrir a esta solución.

Tu perro es demasiado viejo

Con el tiempo, las capacidades físicas de algunos perros disminuyen bruscamente porque son demasiado viejos. Pueden tener dificultades para desplazarse o alimentarse, y también pueden perder el uso de los sentidos. Tu perro puede sufrir diversos problemas relacionados con la edad, como artrosis o cataratas. Incluso puede quedarse sordo. Cuando tu compañero llega a esta fase, se vuelve amorfo. Por desgracia, la mejor decisión en este caso es recurrir a la eutanasia para poner fin a su sufrimiento.

Un accidente grave de tu mascota

Otra de las razones por las que puede que quieras aplicar la eutanasia a tu perro es si ha sufrido un accidente grave (atropellado por un coche, por ejemplo). En este caso, lo mejor es acudir cuanto antes a una clínica veterinaria. Sin embargo, dependiendo de la gravedad del accidente y del traumatismo que provoque, a veces esta solución puede resultar ineficaz. En este caso, lo mejor es acabar con la vida de tu perro. Es una decisión dolorosa, pero es la única forma de evitar que tu mascota sufra el resto de su vida.

Una enfermedad degenerativa de tu perro

Ciertas enfermedades también pueden llevar a practicar la eutanasia en perros. Puede tratarse de una enfermedad incurable, como la parvovirosis. Se trata de una forma grave de gastroenteritis. La mascota sufre un dolor permanente. Para evitarle una larga y penosa agonía, lo mejor es poner fin a su calvario. La eutanasia es una alternativa eficaz a la cirugía costosa y a los tratamientos que fracasan.

Un perro considerado agresivo

Un perro puede ser sacrificado si se vuelve demasiado agresivo. Antes de tomar esta decisión, sin embargo, hay que examinar al animal para determinar la causa de su agresividad. Por ejemplo, un perro puede volverse agresivo tras una operación o un acontecimiento importante. También puede deberse a un trastorno psicológico. En cualquiera de estos casos, el perro se convierte en un peligro social. Su dueño o los tribunales pueden decidir sacrificarlo.

Un perro sin dueño

La mayoría de las veces, los perros abandonados son acogidos por organizaciones benéficas y adoptados. Sin embargo, a veces no hay más plazas en estos refugios para acoger a un perro y cuidarlo durante mucho tiempo. En tales situaciones, las asociaciones pueden decidir aplicar la eutanasia a los perros.

Procedimiento de eutanasia de un perro

Como cualquier otro procedimiento médico, la eutanasia sigue un protocolo preciso. El veterinario coloca al perro en una mesa. Lo mantiene quieto por su propia seguridad. A continuación, comienza la operación. Por lo general, los profesionales aplican dos inyecciones para eutanasiar a un perro. La primera consiste en administrar un sedante para dormir tranquilamente al animal. La segunda inyección es una sobredosis de anestésico que detiene todas las funciones vitales del perro.

El procedimiento suele durar unos diez minutos. Transcurrido este tiempo, el veterinario examina al perro para comprobar si presenta signos vitales. Si comprueba que el animal no ha muerto, puede administrarle otra inyección.

Esto no causa dolor a tu perro. A veces puede oír un sonido similar a un jadeo. En algunos casos, es posible que los nervios del animal se contraigan durante un momento o que sus ojos no se cierren por completo. Se trata de actos reflejos involuntarios tras la muerte, pero no son dolorosos.

También puedes decidir que le practiquen la eutanasia a tu perro en casa. Esta opción es preferible si consideras que el animal está demasiado débil o pesa demasiado para llevarlo a la clínica. También es ideal si deseas que toda la familia esté presente para despedirse de su compañero.

¿Tienes que estar presente en la eutanasia de tu perro?

En la mayoría de los casos, antes de la operación, los veterinarios te invitarán a entrar en la sala. Te dejarán a solas con tu perro durante unos minutos para que paséis juntos los últimos momentos.

A continuación, decides si asistes o no a la operación. Se trata de una decisión personal que depende exclusivamente de ti. Sin embargo, muchos profesionales pueden animarte a que estés con tu mascota en sus últimos momentos.

Hay dos razones principales. Compartir este último momento con tu mascota facilita el duelo. Además, tu presencia puede tranquilizar a tu mascota, que podría entrar en pánico si se quedara sola con el veterinario. Sin embargo, si la experiencia le resulta demasiado dolorosa, es mejor que no estés presente. No obstante, puedes optar por ver el cadáver del perro una vez terminada la operación.

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eutanasia perros
Todos los propietarios de perros se enfrentan en algún momento a una prueba dolorosa.

Eutanasia en perros: ¿cuánto cuesta?

El coste de la eutanasia de un perro varía en función de la tarifa que cobre el veterinario o la clínica y del peso de la mascota. Normalmente lo más habitual es que cueste entre 35 y 110 euros. Con un presupuesto medio de 50 euros, puedes practicar la eutanasia a tu perro si no es demasiado grande.

A esto suelen añadirse los gastos de entierro o incineración. Este coste puede variar entre 50 y 200 euros, según la incineración que elijas. Por ejemplo, la incineración individual de un perro de 10 kg puede costarte unos 80 euros.

Algunos seguros para perros también ofrecen paquetes que cubren los gastos de eutanasia e incineración. Además, algunos seguros de animales de compañía cubren este servicio.

¿Qué hacer con el cadáver de tu perro tras la eutanasia?

Tras la eutanasia, tienes varias opciones para enterrar a tu perro. La solución más sencilla es optar por la incineración.

Incineración estándar

La incineración estándar consiste en depositar a tu mascota en un compartimento privado. Está separado en el horno crematorio. Una placa hecha a la medida de tu perro le acompaña desde la cremación hasta la urna. Así es imposible confundir su identidad. Al final podrás recibir sus cenizas.

Cremación conjunta

En la incineración conjunta, tu perro será depositado en el horno junto con otros animales fallecidos. Con esta opción, las cenizas no te serán devueltas. A continuación se entierran.

Cremación privada

Asistes a la incineración privada en un tanatorio reservado exclusivamente para tu perro. Una vez finalizada la ceremonia, recibirás las cenizas de tu mascota. Este tipo de incineración puede facilitar el proceso de duelo.

Antes de encontrar alguna de estas soluciones, hay que dar una serie de pasos. En primer lugar, hay que registrar la muerte del perro ante las autoridades competentes. A continuación, hay que ponerse en contacto con un crematorio para organizar el transporte de la mascota. A continuación, debes cumplimentar un acuerdo de cremación obligatorio para la incineración de tu mascota. En este documento debe constar el nombre, el número de identificación, la raza, la edad, la fecha de fallecimiento y las circunstancias de la muerte del perro. También se especifican la fecha y el tipo de incineración.

Tras la incineración, el dolor por la pérdida de tu perro no desaparece inmediatamente. Por esta razón, a veces es ideal crear un monumento en memoria de tu mascota. Puedes optar por una placa con el nombre de tu compañero fallecido. Otra opción es plantar un árbol bajo el que reposen las cenizas de tu perro.

Fuente: https://chien.ooreka.fr/astuce/voir/463917/euthanasie-d-un-chien